“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Stephen King, Cementerio de animales

Biblioteca Nacional editó "Germán Avé-Lallemant. Antología 1835-1910"

Horacio González hizo la presentación del libro y expresó la doble satisfacción que le producía, por un lado, el haber editado en la Colección Los Raros una obra referida al científico y político Germán Ave Lallemant y, por otro lado, que uno de los autores fuera Víctor García Costa, a quien reconoció como un destacado investigador de la historia social argentina. Por José María Marcos (*)

En el marco de la Colección Los Raros, Biblioteca Nacional editó Germán Avé-Lallemant. Antología 1835-1910, con dos estudios preliminares, uno político y otro científico, de Víctor García Costa y Roberto A. Ferrari, respectivamente. La presentación tuvo lugar el miércoles 1º de julio en la Sala Juan L. Ortiz en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502, ciudad de Buenos Aires), y en la ocasión, el director de la Biblioteca, Horacio González, hizo la presentación del libro y expresó la doble satisfacción que le producía, por un lado, el haber editado en la Colección Los Raros una obra referida al científico y político Germán Ave Lallemant y, por otro lado, que uno de los autores fuera Víctor García Costa, a quien reconoció como un destacado investigador de la historia social argentina. El libro (218 páginas) contiene una importante selección de trabajos científicos y políticos escritos y publicados por Germán Avé-Lallemnt en los periódicos El Obrero, La Vanguardia, La Agricultura, Die Neue Zeit y La Plata Monatsschrift, además de varios índices y reseñas bibliográficas y biobibliográficas, muy útiles para estudiosos e investigadores.

UN VOLCÁN

En segundo lugar habló uno de las autores, Roberto Ferrari: “Si dijéramos que Germán Avé-Lallemant fue un ‘espíritu inquieto’ estaríamos dando una débil imagen de su personalidad. Era un volcán de actividades y de ideas. Mientras toda San Luis dormía la inevitable siesta provinciana, este alemán inventaba, teorizaba, exploraba, redactaba, agitaba, analizaba, medía, cabalgaba, dibujaba, en fin, no se quedaba quieto. Por primera vez en la Argentina fabricó dinamita, preparó productos industriales derivados del algarrobo, analizó y descubrió minerales en las sierras, ya que fue el primero en identificar minerales de uranio, de tungsteno y tierras raras. Estudió la flora autóctona y dichos estudios dejaron como resultado la primera flora puntana. Presentó diversos inventos destinados a facilitar las mediciones topográficas y climáticas que realizaba, estableció estaciones meteorológicas en la ciudad de San Luis y a 2.800 metros de altura en el Paramillo de Uspallata (Mendoza). Elaboró el primer plano topográfico de la provincia, hizo varias expediciones por la región, casi todas seguidas de detallados informes en revistas especializadas del país y del exterior. Con su esposa Enriqueta Lucio Lucero fundaron una escuela nocturna para obreros y en el Colegio Nacional fue docente y rector interino. En esa institución se conserva el único retrato que conocemos de él. Fue corresponsal de la Sociedad Científica Argentina y de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba, así como de diversas instituciones europeas. En Europa hizo publicar descripciones de la República Argentina, sus experiencias de explotación minera y noticias de actualidad política y social. Previó la necesidad de una ley nacional de minas y estudió los problemas económicos que afectaban al país, dejando sus ideas expuestas en artículos en periódicos y revistas de la época”.

MÁS QUE UN RARO

Cerró el acto Víctor García Costa. Después de agradecer sus palabras al Director de la Biblioteca Nacional, expresó: “Más que un ‘raro’ Germán Avé-Lallemant fue y sigue siendo un desconocido. Pero ese desconocimiento no es casual, ha sido intencionado. Se ha tratado de un ocultamiento y ha habido varias razones para ello: ser alemán de nacimiento, estar recluido en una pequeña provincia, mal llamada pobre porque se trataba de una provincia empobrecida y feudalizada por una oligarquía poderosa e ignorante contra la que debió luchar, ser un científico serio, sin estridencias, definirse socialista cuando casi no se hablaba de socialismo, ser un marxista público y confeso, haber revolucionado la enseñanza incorporándole la práctica, sufrir las persecuciones de la Iglesia por sus observaciones científicas, algunas aún no superadas, al punto de tener que retirar del Colegio Nacional sus instrumentos científicos, muchos de ellos fabricados por él, para salvarlos de las iras del rector, el presbítero Néstor Laciar”.
Luego agregó: “Mis investigaciones sobre Lallemant se iniciaron hace 40 años. Se ha discutido y discute dónde se hizo marxista, si en Alemania o en Argentina y ello forma hoy parte de un capítulo especial sobre su vida. Nos inclinamos por la primera, habida cuenta que Lallemant llegó a la Argentina en 1868 cuando ya hacía 4 años que se había fundado en Londres la 1ª Internacional. Además, El Manifiesto, cuya primera edición fue en alemán, era de 20 años antes, de 1848. Por último, la incipiente llegada de la Asociación Internacional de Trabajadores, con Raymond Wilmart, había sido en 1871, cuando Lallemant ya estaba en el país. Germán Ave Lallemant fundó en 1890 el primer periódico obrero socialista, inspirado en el materialismo histórico, que hubo en la Argentina: El Obrero, que él escribió en buena parte y sostuvo de su peculio y fue el órgano de prensa de la primera Federación Obrera que hubo en el país fundada en enero de 1891. Desde El Obrero hizo la primera aplicación a nuestra realidad del materialismo histórico, sobre las bases de las teorías de la plusvalía y la lucha de clases. Frente a los dos planteos, el social de los trabajadores del 1º de Mayo de 1890 y el institucional de los cívicos en la Revolución de Julio de 1890, impulsó la unión en la lucha del proletariado y la pequeña burguesía para enfrentar a la oligarquía y al imperialismo. Así pudo analizar la división de la Unión Cívica en la Unión Cívica Radical, con Alem y la Unión Cívica Nacional, que al apoyar el acuerdo traicionaba los intereses de las clases populares. Lallemant integró la primera boleta electoral para diputados nacionales de marzo de 1896, con Juan B. Justo y Adrián Patrones, entre otros”. (*) La Palabra de Ezeiza, página 5, jueves 9 de julio de 2009.

Roberto Ferrari, Víctor García Costa y Horacio González, durante
la presentación del libro Germán Avé-Lallemant. Antología 1835-1910.