“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Stephen King, Cementerio de animales

Luvina | Presentación de “M y Margarita”

Oscar Zanabone, Fabián Rossini (editor de Luvina),
José María Marcos y Araceli Contreras.

Editorial Luvina presentó la novela M y Margarita (2021), de Araceli Adriana Contreras, en la sede del Instituto Cultural Cañuelas (Del Carmen 664, Cañuelas) el domingo 24 de abril de 2022. Compartí un lindo momento con lectores, lectoras, artistas de Cañuelas, vecinos, vecinas e integrantes Taller de Corrección Literaria en Narrativa, a cargo de Claudia Cortalezzi, una de las creadores del sello Luvina junto a Fabián Rossini.


UNA CARTA PARA ARACELI. Dado que M y Margarita (2021) es una novela epistolar, para la ocasión preparé la siguiente carta para la autora: “Querida Araceli, qué alegría que estés presentando M y Margarita. Gracias por invitarme al lanzamiento oficial. Justo esos días voy a estar en Uribe. El sábado es la comunión de mi sobrina Lucrecia, hija de mi hermano Mariano y su esposa Valeria. Ellos viven frente a lo de mi vieja. Ella me dijo que también quiere ir a la presentación, así que fenómeno, ya que cuando venimos con Raquel queremos pasar tiempo con Silvia y el resto de la familia. Me gusta que el evento sea en el Instituto Cultural Cañuelas. No conozco la sede y me da curiosidad. Recuerdo que ahí, en Del Carmen al 600, funcionaba un galería. Solía ir ahí porque estaba la redacción de un semanario llamado Cañuelas de Todos. Yo lo repartía en Uribe. A veces aportaba alguna noticia, pero nuestro corresponsal era Leguizamón, “Legui” como le decía mi viejo Ignacio. Me encanta que sigas publicando con Luvina, el sello que crearon Claudia Cortalezzi y mi cuñado Fabián Rossini. Sé que con ellos venís compartiendo distintas aventuras y hasta armaron el Ciclo Mateada Literaria en Uribe. Son, junto a otros y otras que seguro irán a la presentación, una banda muy activa en torno a la literatura y a las artes en general, y merecen mi reconocimiento. Son también, según corren rumores, aficionados al Malbec y conforman una asociación ilícita con fines etílicos. Tranquilos, no los voy a denunciar. ¡Brindo por eso! Sé que con Libélula, tu libro anterior, te convertiste en la primera autora de Luvina. ¡Sos una crack! Luvina está creciendo, concretando la participación en distintas ferias, siempre dándoles lugar a voces de la zona y a otros narradores y poetas de distintas partes del país y del exterior. Sobre tu nueva producción te felicito por incorporar el tema de la diversidad sexual y que recuerdes, a través de la ficción, lo que han sufrido muchas personas discriminadas en otros tiempos. Sin ir muy lejos, en mi familia teníamos un pariente que era homosexual y por su condición se fue de Cañuelas, en los años setenta, al sentirse marginado. Por fortuna, una prima que tenía algunos años menos que él decidió buscar por dónde andaba, y para mostrarle su cariño lo invitó a ser padrino de uno de sus hijos. El bautismo se celebró en la Capilla Nuestra Señora de Luján de Uribelarrea. Él se llamaba Pedro Belletieri. Era peluquero, vivía en Mar del Plata y fue feliz junto a Juan Ángel en una relación de casi cuarenta años. Yo fui su ahijado gracias a que mamá (su prima) y papá tuvieron ese profundo gesto que me marcó para el resto de la vida. Creo por esto que es muy importante recordar estos hechos, aunque parezcan temas superados. Sirve también para que estemos atentos a otras posibles discriminaciones, sean por sexo, religión, clase social, filiación política, país de origen, y entonces, podamos entre todos entender que lo principal es el ser humano. Gracias, Araceli, por este aporte. El uso de las cartas, como te conté y algo de eso puse en el prólogo, me recuerda mucho  a mi viejo. Él se mantuvo en contacto con sus primas y primos de Salamanca más de sesenta años mediante el correo y el grado de cercanía en la comunicación era enorme. Él nos hacía agregar algunas líneas a las cartas. A veces dibujábamos, contábamos un chiste o poníamos un simple saludo, y, claro, recibíamos algún mensaje desde el otro lado del charco, en épocas donde no existían los emails, wasap y demás etcéteras tecnológicos. Alguna vez le pregunté a papá por qué seguía con las cartas y usaba poco el teléfono. Me respondió que le gustaba recibirlas porque podía releerlas y, así, reencontrarse con su familia en cualquier momento. Para la presentación ya arreglé con Fabián para que nos lleve. Mi mamá, que no quiere perderse ningún evento, irá con mi hermana Jorgelina, a quien conocés por el taller literario y las mateadas literarias. ¡Gran abrazo! ¡Nos vemos el domingo! José María”.