El grupo Acento Poético editó La palabra con acento, primera antología de poesía y prosa del Centro Literario, Artístico y Cultural Acento Poético. La obra publicada por la Editorial De los Cuatro Vientos reúne a escritores locales y a sus pares ganadores del último certamen de narrativa del grupo Acento Poético. El prólogo está a cargo de José María Marcos (director de La Palabra de Ezeiza) y los autores son: Graciela Pucheta, Diego Sandoval, Francisco Alberto Giudice, Elsa Alicia Panza, María del Rosario Parejas, María Elena Yakoby, Víctor C. Contreras, Daniel Alberto Castrillo, Charo Ferro, María del Carmen Castiello, Elsika, Ezequiel Landaburo, Pichina Fracchia, Fernando Diego Guevara, Pablo Daniel Canavelli, María C. Álvarez y María Inés Iribarne.
Prólogo
Por José María Marcos
Por José María Marcos
La aparición de La palabra con acento, primera antología de poesía y prosa del Centro Literario, Artístico y Cultural Acento Poético es sin dudas un hecho digno de celebrar. Por un lado, es la materialización de un sueño anhelado por estos escritores congregados en Ezeiza y, por otro, es una ventana a un enorme patrimonio intangible, que permite reconocernos dentro de un tiempo y de un lugar. Para el semanario La Palabra de Ezeiza es una gran satisfacción acompañar este nuevo logro: conocemos los esfuerzos y la pasión de estos trovadores contemporáneos, merced a la difusión constante de sus actividades y al auspicio que les hemos brindado en distintos certámenes y ciclos artísticos.
Parecerá una obviedad recordar en esta breve introducción que, para la lengua castellana, el acento es lo que nos posibilita dar mayor énfasis a una sílaba y es lo que le da el verdadero carácter a cada palabra. Sonará elemental repetir que lo poético es aquello que participa de las cualidades de la idealidad, espiritualidad y belleza propias de la poesía. Sin embargo, vale la pena refrescar el sentido de estas dos palabras, pues fueron las elegidas por estos creadores al gestar este espacio, con la ilusión de transformar la realidad mediante la belleza de la escritura.
La presente selección es un mérito exclusivo de su trabajo y de su perseverancia. En ella, conviven poetas y narradores noveles con otros de mayor trayectoria; hay historias de amor (de las que terminan bien y de las otras), reflexiones sobre el paso del tiempo, cuentos infantiles, relatos fantásticos, pinturas realistas, narraciones con humor, miradas nostálgicas… y, sobre todo, mucha imaginación, tramas con intriga y deliciosas metáforas para el gozo de los lectores, quienes podrán comprobar que cada autor posee una forma particular de concebir sus textos, y tal vez, encuentren una obra, un pasaje o una simple oración, que llegue hasta alguna de sus fibras más íntimas.
Por mi parte, les confieso que suelo preguntarme: “¿Por qué las mujeres y los hombres seguimos eligiendo a la literatura como una forma de dilucidar las incógnitas del mundo?”. Desconozco la respuesta, pero percibo que se trata de una necesidad tan básica como respirar y comer, que puede rastrearse hasta el 3100 antes de Cristo. Ya en aquella época, el pueblo sumerio comenzó a registrar los acontecimientos con inscripciones sobre tablillas de arcilla cocidas al sol. Hoy, cinco mil años después, otros hombres y otras mujeres siguen inventando cuentos y poesías para explicar los acontecimientos diarios de nuestras vidas. Creo que alguna razón misteriosa y potente debe existir. Quizá, pueda encontrarse en las siguientes páginas, que son algo así como las primeras tablillas del grupo Acento Poético.
Parecerá una obviedad recordar en esta breve introducción que, para la lengua castellana, el acento es lo que nos posibilita dar mayor énfasis a una sílaba y es lo que le da el verdadero carácter a cada palabra. Sonará elemental repetir que lo poético es aquello que participa de las cualidades de la idealidad, espiritualidad y belleza propias de la poesía. Sin embargo, vale la pena refrescar el sentido de estas dos palabras, pues fueron las elegidas por estos creadores al gestar este espacio, con la ilusión de transformar la realidad mediante la belleza de la escritura.
La presente selección es un mérito exclusivo de su trabajo y de su perseverancia. En ella, conviven poetas y narradores noveles con otros de mayor trayectoria; hay historias de amor (de las que terminan bien y de las otras), reflexiones sobre el paso del tiempo, cuentos infantiles, relatos fantásticos, pinturas realistas, narraciones con humor, miradas nostálgicas… y, sobre todo, mucha imaginación, tramas con intriga y deliciosas metáforas para el gozo de los lectores, quienes podrán comprobar que cada autor posee una forma particular de concebir sus textos, y tal vez, encuentren una obra, un pasaje o una simple oración, que llegue hasta alguna de sus fibras más íntimas.
Por mi parte, les confieso que suelo preguntarme: “¿Por qué las mujeres y los hombres seguimos eligiendo a la literatura como una forma de dilucidar las incógnitas del mundo?”. Desconozco la respuesta, pero percibo que se trata de una necesidad tan básica como respirar y comer, que puede rastrearse hasta el 3100 antes de Cristo. Ya en aquella época, el pueblo sumerio comenzó a registrar los acontecimientos con inscripciones sobre tablillas de arcilla cocidas al sol. Hoy, cinco mil años después, otros hombres y otras mujeres siguen inventando cuentos y poesías para explicar los acontecimientos diarios de nuestras vidas. Creo que alguna razón misteriosa y potente debe existir. Quizá, pueda encontrarse en las siguientes páginas, que son algo así como las primeras tablillas del grupo Acento Poético.