En la contratapa, Eduardo Abel Giménez dice: “Lo que pasó, lo que nos cuentan, lo que entendemos: tres universos que, si se tocan, lo hacen en sitios inesperados. Eugenia y Muriel muestran el terror que espera por debajo de la propia vida. Habrá que evitar que nos guíe el recuerdo, parecen decir, y desconfiemos también de la percepción; pero no son ellas quienes vayan a proponer otros caminos. En Ruido blanco, imágenes y texto llevan el relato con precisión imposible para semejante mundo de neblinas”.
Escritor, periodista y editor | Instagram @josemariamarcos | Facebook: José María Marcos
“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Stephen King, Cementerio de animales
Ruido blanco | Alcatena, Frega & Lanark
Ya tengo mi ejemplar de Ruido blanco (Mala Praxis y Estrella Negra, 2019), con textos de María Eugenia Alcatena, dibujos de Muriel Frega y música de Daniel Lanark (a partir de códigos QR insertos en la publicación). Por haberla adquirido a través de preventa, recibí también una de las 100 postales numeradas de Nuestra Señora de las Migajas (la número 73), que tiene además una oración dedicada a esta figura. Ruido blanco acompaña los pasos de una joven que marcha en medio de un bosque en el que viven sus recuerdos más temidos, de donde presumimos que intenta huir, aunque, quizá, su oscuro deseo sea quedarse allí junto a los fragmentos de los sueños rotos. Una precisa combinación de palabras, imágenes y sonidos, a mitad de camino entre la narración y la poesía, pone carnadura a este bella historia circular que avanza parpadeante entre las luces y las sombras.
En la contratapa, Eduardo Abel Giménez dice: “Lo que pasó, lo que nos cuentan, lo que entendemos: tres universos que, si se tocan, lo hacen en sitios inesperados. Eugenia y Muriel muestran el terror que espera por debajo de la propia vida. Habrá que evitar que nos guíe el recuerdo, parecen decir, y desconfiemos también de la percepción; pero no son ellas quienes vayan a proponer otros caminos. En Ruido blanco, imágenes y texto llevan el relato con precisión imposible para semejante mundo de neblinas”.
En la contratapa, Eduardo Abel Giménez dice: “Lo que pasó, lo que nos cuentan, lo que entendemos: tres universos que, si se tocan, lo hacen en sitios inesperados. Eugenia y Muriel muestran el terror que espera por debajo de la propia vida. Habrá que evitar que nos guíe el recuerdo, parecen decir, y desconfiemos también de la percepción; pero no son ellas quienes vayan a proponer otros caminos. En Ruido blanco, imágenes y texto llevan el relato con precisión imposible para semejante mundo de neblinas”.