La muestra “Broñia, una historia del holocausto-shoá”, del artista plástico Daniel Kuryj, estuvo expuesta entre martes 13 de octubre y el 11 de noviembre de 2009, en la sede de la Fundación Lebensohn, ubicada en General Hornos 228, Barracas (ex fábrica Bagley).
Nacido en Buenos Aires en 1968, y graduado en Ingeniería Civil, Kuryj se inició en el arte como autodidacta hace 15 años. Hijo de inmigrantes ucranianos de Odessa, percibió de su madre los relatos terribles de la persecución a los judíos durante la ocupación alemana. En 2005 realizó análisis de arte junto a Luis Felipe Noé, quien lo alentó a desarrollar su obra y a escribir sobre aquellos días. Así fue como en el 2008 realizó su primera muestra individual en la galería Arcimboldo. En el 2008 y el 2009 —en el seminario de Diego Melero en el Centro Cultural Rojas y en la Facultad de Sociología— expuso sobre los proyectos presentados de los arquitectos Mies Van Der Rohe y Walter Gropius y sobre las publicaciones de tinte racista y progermánicas realizadas por el Concejo Deliberante porteño en la década del cuarenta.
Broñia —que da nombre a la muestra— es el nombre de una niña de padres hebreos que fuera protegida por Prokofii y Pasuña, abuelos de Daniel Kuryj, quien ha decidido transformar aquellos trágicos días en una extensa obra de arte, que funciona a su vez como denuncia y una forma de mantener la memoria.