Entrevista a José María Marcos | Publicada por la revista Kundra el lunes 5 de marzo de 2018 a las 5 en punto de la tarde | Por Pablo Martínez Burkett y Angie Pagnotta
—¿En la escuela eras bueno en Literatura?
—¡Qué sé yo! En esos días, mi atención se centraba en los ciclos de tevé Sábados de Súper Acción, Kenia Sharp Club y Hollywood en Castellano; los cómics Patoruzito, Patoruzú y Condorito; los cuentos de la Tía Jorja, sobre todo la saga de Epaminondas; y los libros y caséts de mis hermanos mayores. Odiaba la tira Scooby-Doo porque me entusiasmaba con la aparición de fantasmas, monstruos abominables y sobrenaturalezas varias, para luego decir que se trataba de trucos ejecutados por villanos. Esa conclusión me resultaba un fiasco.
—¿Dentro de qué género pondrías a lo que hacés?
—Me interesa el género humano, captar alguna resonancia de sus aventuras y desventuras. Amo los cuentos de terror.
—¿Para quién escribís?
—Tiro botellas al Riachuelo en busca de aliados. A veces, recibo señales.
—¿Qué es lo más difícil de escribir?
—Un futbolista iraní se apellida Ghoochannejhad y durante el Mundial 2014 resultó una complicación para los cronistas deportivos. Afortunadamente, sus amigos lo apodaron “Gucci” y así empezó a ser nombrado. En literatura, suele ser trabajoso encontrar un gesto que acorte distancias y refuerce la ilusión de intimidad, de confesión, de revelación.
—¿Qué consejo te darías a vos mismo en tus inicios?
—Nunca abandonés el rock and roll.
MINI BIO: José María Marcos
Soy periodista, editor y escritor. Nací en el año 1974 en Uribelarrea, un pueblo de la provincia de Buenos Aires que podría ser la sede de un festival dedicado al weird gaucho. Contamos con una cervecería donde Terminator te da la bienvenida; según ufólogos, tuvimos un descenso de ovnis en 1985; y entre otras películas se filmaron El milagro de Ceferino Namuncurá (1971), de Máximo Berrondo; Juan Moreira (1973), de Leonardo Favio; Los crápulas (1981), una comedia negra de un tal Jorge Pantano, con Lando Buzzanca y un cameo de Soledad Silveyra; Evita (1996), de Alan Parker; y El ciudadano ilustre (2016), de Gastón Duprant y Mariano Cohn.
—¿Tenés alguna frase favorita que te sirva de lema?
—“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Es de la novela Cementerio de animales (1983) de Stephen King.
—¿Una característica/manía/dato gracioso o peculiar sobre vos que quieras compartir?
—Tengo debilidad por la palabra “pesadilla”. El otro día escribí: “Perdí las esperanzas. Pero, gracias a Dios, me quedan las pesadillas”.
—¿Tenés mascotas?
—Me acompaña una legión: un loro a cuerda, un mini Cthulhu, una gallina, una vaquita de San Antonio, osos feroces, un cactus, un caracol y varios esqueletos.
—¿Qué estás escribiendo?
—Por miedo a que se evaporen mis tenues ideas, prefiero no adelantar nada. Lo último fueron dos prólogos, en coautoría con mi hermano Carlos, para los libros Manual sadomasoporno (ex tractat) de Alberto Laiseca y Strip-tease: traducción visual de Enrique Medina con la participación de 40 artistas visuales.
—Libros publicados y dónde se pueden comprar: Recuerdos parásitos (2007), Los fantasmas siempre tienen hambre (Muerde Muertos, 2010), Muerde muertos (Muerde Muertos, 2012), Proyecto Ivanov (Eloísa Cartonera, 2011), Haikus Bilardo (Muerde Muertos, 2014), El hámster dorado (Del Naranjo, 2014), Monstruos de pueblo chico (Galerna, 2015) y Frikis mortis (Del Naranjo, 2016). Me escriben a jmmarcos1974@yahoo.com.ar y les digo dónde se pueden conseguir.
—Datos sobre las redes sociales, página web, mail y demases donde el público pueda saber algo más de vos:
http://josemariamarcos.blogspot.com.ar
https://www.facebook.com/muerdemuertos
Email: jmmarcos1974@yahoo.com.ar