El mundo del Buenos Aires Rojo Sangre
Por José María Marcos, especial para INSOMNIA, Nº 217, enero de 2016
Por José María Marcos, especial para INSOMNIA, Nº 217, enero de 2016
Carlos Marcos, Gabriel Schipani, Fernando Figueras, José María Marcos y Pablo Martínez Burkett en el Auditorio de Radio Nacional. |
El 16º Buenos Aires Rojo Sangre (BARS) tuvo lugar en el porteño Complejo de Cine Monumental Lavalle, entre el 12 y 22 de noviembre de 2015. El martes 17, la editorial Muerde Muertos presentó un especial de su programa radial “Intelectoilets”, con la presencia destacada del creador y director del BARS, el cineasta Gabriela Schipani, a quien —junto a Fernando Figueras, Carlos Marcos y Pablo Martínez Burkett— entrevistamos para conocer más sobre el festival de cine de género más importante de Argentina. La emisión (que puede verse en YouTube y en la página de Muerde Muertos) se filmó en el auditorio de
Gabriel Schipani se formó en el Centro de Investigación y
Experimentación en Video y Cine, como realizador de video y cine, y se dedica a
la producción audiovisual y cinematográfica. Cuando pocos apostaban al género
en Argentina, Schipani puso en marcha el Buenos Aires Rojo Sangre (BARS) colocando
la piedra basal de un espacio clave para el desarrollo del cine de terror,
bizarro y fantástico. Aquella primera edición se llevó a cabo en diciembre de
2000 en el auditorio de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos
Aires y pudieron verse películas como Plaga
Zombie (1997) de Hernán Sáez y Pablo Parés o El Planeta de los Hippies (1994) de Ernesto Aguilar y varios
cortometrajes.
Muerde Muertos: —¿Cómo se te ocurrió crear el Buenos Aires Rojo Sangre?
Schipani: —Todo
nació de una búsqueda personal. Había escrito un guión, obviamente de terror.
Para presentarlo en el INCCA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales)
debía tener un productor y cumplir con ciertos requisitos. Cuando me contactaba
con los productores, me decían: “Esto es terror, ¿no?”. “Sí, es terror, no hay duda”,
les respondía: el título era “Cuando el terror domina la mente”. “Ah, entonces, no es cine argentino...”, fue
una de las primeras respuestas que obtuve, por ejemplo. Otro productor me dijo:
“¡Pero es terror! Esto no es cine…”. En aquel momento no se hacía este tipo de
películas en la Argentina ,
y es un hecho que durante años sufrimos una enorme sequía. En 1998 se estrenó Alguien te esta mirando, de Gustavo Cova
y Horacio Maldonado, y luego pasaron diez años hasta el próximo estreno: Visitante de invierno, de Sergio
Esquenazi, de 2008. En aquel entonces, esa era la idea que existía en nuestro
país sobre este cine. A lo sumo te decían: “Es un género de los americanos.
Nosotros estamos para el cine de autor, para otro tipo de películas”. No había
lugar para este cine, al menos producido desde aquí. Pensé rodar la película en
forma independiente, como lo hicieron Farsa Producciones y otros pocos. Pero,
el problema no terminaba ahí: tomar ese camino significaba un enorme esfuerzo,
para luego no contar con un espacio de exhibición adecuado. Por eso, antes de
filmar una película, surgió la idea de crear un ámbito donde mostrar las
producciones locales. En aquel tiempo, los festivales tampoco consideraban al
género: no entraba ni un corto de terror. Así surgió la idea de hacer una
muestra en el 2000 en la
Facultad de Sociales. Me dieron el lugar durante tres días,
cuatro horas, y me dijeron: “Hacé lo que puedas”. Y así arrancamos con las
películas y los cortos que conseguí.
Muerde Muertos: —¿Cómo recordás esa primera experiencia?
Schipani: —Tuvimos
una mínima repercusión. Lo hice solo con la ayuda de tres o cuatro amigos. En una
proyección hubo cuatro personas. En otras, unos quince. Pero no me desanimé: lo
importante fue poner la piedra fundacional. Ya habría tiempo de pensar en
futuras ediciones.
Muerde Muertos: —¿Tenías conciencia de lo que estabas poniendo marcha?
Schipani: —La
idea era hacer el primero y avanzar, pero obviamente no sabía de qué manera y
ni siquiera sabía qué hacer. No sabía si iba a terminar de nuevo en la Facultad de Sociales. Hice
entonces una convocatoria y se acercó
Pablo Sapere (actualmente programador del festival), que tenía un blog (Quinta
Dimensión), que hoy es la página oficial del BARS. Desde ese momento, comenzamos a pensar
qué hacer en la segunda edición. En la Facultad no podíamos proyectar las películas los
fines de semana y ahí surgió la posibilidad de sentarnos con la gente del
Complejo Teatral San Martín. Presentamos la carpeta con el antecedente del
primero y me dijeron que podían darme la Sala AB durante un fin de semana. De este modo
programamos el segundo y comenzamos a buscar cortos y largos. En aquel momento,
la única manera que tenía de pasar material era tener todos los VHS en punta e
ir poniendo uno atrás del otro. En estas condiciones hicimos varios festivales,
hasta que llegamos al Complejo Tita Merello, en el 2003, y poco a poco nos
fuimos consolidando.
16 AÑOS A PURO CINE
DE GÉNERO
Tal como recordó Schipani, el BARS cambió de escenario en el
2001. “El Centro Cultural San Martín fue un importante marco para el
crecimiento del festival. Con poquísima promoción se logró atraer a más de 600
espectadores, destacándose films como Fanáticos
(Mariano Cattaneo e Ygnacio Cervio) y Nunca
asistas a este tipo de fiestas (Hernán Sáez y Pablo Parés)”, destaca un
artículo de Quinta Dimensión.
El 2002 fue el salto más importante del festival, “ampliando
temáticamente la programación y logrando una notable repercusión en la prensa y
el público, hasta el punto de que en el mismo espacio que la edición anterior
se logró triplicar el número de espectadores, llegando a superar los 1800.
Entre los films proyectados se encuentran Plaga
Zombie: Zona Mutante (Hernán Sáez y Pablo Parés) y Attack of the Killer Hog (Agustín Cavalieri y Marcos Meroni)”.
En el 2003 llegó la definitiva consolidación del festival en
el Complejo Tita Merello, “con siete largometrajes locales —Run Run Bunny! (Mad Crampi), Tico tico (Marcelo Domizi), Baño de Sangre (Paula Pollacchi), Mala Carne (Fabián Forte), Ruta hacia la muerte (Francisco de
Lezica) y Vacaciones en la Tierra (Sebastián de
Caro)—, más otros tantos largometrajes de países como EEUU, Japón, España,
Francia e Italia”. Se proyectaron más de ochenta cortometrajes y las secciones
retrospectivas estuvieron pobladas de clásicos en 35mm. Se destacó
especialmente la recuperación del film argentino El Hombre Bestia (Camilo Zaccaría Soprani, 1934), la primera
película fantástica de Argentina, que nunca se había estrenado en Buenos Aires.
“Casi 5000 espectadores demostraron el innegable crecimiento del festival. Para
la quinta edición (2004) se sumaron secciones competitivas tanto para corto
como para largometrajes y se utilizaron las tres salas del Tita Merello en
simultáneo, triplicando la cantidad de horas de proyección”.
En 2008, el BARS volvió a mudarse: esta vez, al Monumental
Lavalle, copando el subsuelo con sus dos salas y dándole marco a lo que vendría
al año siguiente. “El año 2009 fue de suma importancia para el festival, ya que
no sólo fue su décimo aniversario, sino que también obtuvo récord de público
con más de 7.000 tickets vendidos (aproximadamente 12.000 visitantes). Se pre-estrenaron
cuatro largometrajes de circuito industrial: Aparecidos, Terror en la Antártida , Cabeza de pescado y Lo siniestro. Integraron la programación once películas argentinas.
Destacadas figuras conformaron el jurado (Gustavo Mosquera, Cristian Bernard,
Federico Wiemeyer y Gabriel Patrono, entre otros). Se llevó a cabo el primer
Zombiefest y se estrenó un documental de 95 minutos relatando los primeros 10
años del festival”, se explica en la página web.
El año 2010 superó a las ediciones anteriores en público,
batiendo un nuevo récord de espectadores. “El jurado contó con diversos e
importantes representantes del medio (Horacio Maldonado, Diego Trerotola,
Javier Diment, Leo González). Se reestrenó La
sonámbula de Fernando Spiner, película rodada en 1997, que se atrevió a
imaginar a la Argentina
del Bicentenario. La programación contó con doce largometrajes Argentinos, tres
pre-estrenos internacionales y más de ciento treinta cortos nacionales y del
exterior”.
En el año 2011 se celebró la doceava edición y nuevamente el
récord de público fue batido (más de 10.000 tickets emitidos). “Se sumó una
tercera sala del Complejo Monumental Lavalle, con lo que la programación
aumentó significativamente. Estrenos de todas partes del mundo, Bolivia,
Guatemala, Israel, Croacia, Costa Rica, Japón, Italia y pre-estrenos de títulos
como Attack the Block, la francesa Livide, La Profecía del 11-11-11 y la nacional Plaga Zombie: Zona Mutante: Revolución
Tóxica dando cierre a la más importante trilogía local”.
Las cuatro siguientes ediciones siguieron creciendo en el
Monumental Lavalle. En 2015, el BARS duró diez días y ofreció una extensa
grilla de largometrajes, nacionales e internacionales, con gran afluencia de
espectadores. Se ha consolidado el espacio dedicado a las charlas, a través de
las cuales han participado escritores de Muerde Muertos, Paso Borgo, la Abadía de Carfax, Ediciones
Ignotas y Cinefania, entre otros. Se ha instalado el Taller “Hacé tu corto”. En
2015, se ha hablado del auge de los juegos de terror, se mostró una perfomance
del Circo del Horror y se creó un concurso de guiones que fue ganado por Nora
Leticia Sarti.
El BARS COMO USINA DE
CREACIÓN
Muerde Muertos: —¿Qué película marcó un hito en estos años de BARS?
Schipani: —Es muy
complicado hablar de una película. Si me preguntás cuál es mi película
favorita, no tengo manera de decirlo, porque la lista es larga y cada tanto
aparece algo nuevo y la nómina cambia. Debe ser el género con más subgéneros y
ramificaciones, que lo hacen de una riqueza extraordinaria. En lo personal, las
que me impresionaron son las argentinas, quizás por conocer el amor, el
esfuerzo y la imaginación de sus autores. Run
Run Bunny! (2003) de Mad Crampi, por ejemplo, es una película increíble y
sigue siendo diferente a todo lo visto, incluso a nivel mundial. Los chicos de
Farsa Producciones han hecho cosas impresionantes. Más que Plaga zombi (1997) de Pablo Parés y Hernán Sáez —que es
fundacional—, destaco Nunca asistas a
este tipo de fiestas (2000) de Pablo Parés, Hernán Sáez y Paulo Soria, que
sigue siendo muy cómica y que está entre las mejores del cine slasher mundial o
paródico del slasher. El cine argentino tiene excelentes ideas y en este
festival hemos ido viendo su evolución, y poco a poco, hemos ido llegando al
plano comercial, profesional, que es tan necesario.
Muerde Muertos: —¿Estas películas pueden comercializarse en el exterior?
Schipani: —Este
fue uno de los motivos que posibilitó que alguien descubriera que el cine de
terror argentino existía. Al comenzar a comercializarse estos films en los
mercados de home-video y cable de Europa y Estados Unidos, empezaron a
preguntarse de qué se trataba todo esto, mientras la movida iba creciendo y
haciéndose más importante, aunque iba por afuera del INCCA. El terror, por
encima de otros géneros, fue precursor a la hora de producir en forma
independiente en Argentina. Antes parecía que se filmaba solamente con el apoyo
del INCCA o no se filmaba. Nuestros creadores demostraron que se podían hacer
películas con VHS, con Súper VHS o Betacam. Más tarde llegó la digitalización
que cambió todo y seguimos creciendo. Sin duda, nuestros creadores fueron
pioneros en muchos aspectos y el BARS fue su punta de lanza. Y eso me llena de
orgullo.
PARA TENER EN CUENTA:
GANADORES DEL 16º BARS
Durante la edición de 2015 los premios entregados llevaron
la figura del pombero esculpida por Enzo Giordano. El pombero es una especie de
duende de la mitología guaraní, muy popular en Paraguay y en las provincias de
Corrientes, Misiones y parte del Chaco en el Nordeste argentino. “Lo hicimos
para homenajear a nuestros monstruos”, remarcó Schipani.
COMPETENCIA INTERNACIONAL
DE LARGOMETRAJES
Mejor largometraje:
The Editor, de Adam Brooks, Mathew
Kennedy (Canadá).
Mejor director largometraje:
Luciano Onetti, por Francesca
(Argentina).
Mejor fotografía largometraje:
Adam Brooks, Mathew Kennedy, Connor Sweeney, por The Editor (Canadá).
Mejores efectos especiales
largometraje: Rabbid FX y equipo de Daemonium:
Soldado del Inframundo (Argentina).
Mejor guión largometraje:
Alain Bidard, de Battledrem Chronicle
(Francia).
Mejor actor largometraje: Orwi Manny Ameh y Jari Manninen,
los personajes Black and White, en Bunny
the killer thing (Finlandia).
Mejor actriz
largometraje: Elma Begovic, por Bite (Canadá).
COMPETENCIA
IBEROAMERICANA DE LARGOMETRAJES
Mejor largometraje:
¡GRASA!, de Pablo Marini y Pablo
Parés (Argentina).
Mejor director:
Patricio Valladares, por Toro loco
sangriento (Chile).
Mejor actuación:
Jorge Molina Enriquez, por Scherzo
diabólico (México).
Mención dirección:
Valentín Javier Diment, por El sistema
Gorevision (Argentina).
Mención actuación:
Francisco Melo, por Toro loco sangriento
(Chile).
Mención actuación:
Dailenis Fuentes, por Omega 3, (Cuba).
Premio mejor montaje
(EDA): Mariana Quiroga, por Testigo
Íntimo (Argentina).
COMPETENCIA
INTERNACIONAL DE CORTOMETRAJES
Mejor cortometraje
internacional: De noche y de pronto,
de Aranxta Echeverría (España)
Mejor director
cortometraje: Aranxta Echeverría, por De
noche y de pronto (España).
Mejor cortometraje nacional:
La ventana abierta, de Lucila Las
Heras (Argentina).
Premio Rental Buenos
Aires: La ventana abierta, de
Lucila Las Heras (Argentina).
Premio Piromanía Fxs:
La ventana abierta, de Lucila Las
Heras (Argentina).
Premio postproducción
(WANCAMP): Buenas manos, de
Francisco Bendomir (Argentina).
Mención especial del
jurado: Lee Cronin, por Ghost train
(Irlanda).
Mención especial a la
actriz: Paloma Álvarez Maldonado, La
ventana abierta (Argentina).
Mención especial a la
dirección de arte: Izaskun Urkijo Alijo, por El bosque negro (España).
Premio RAFMA: La variación de López, de Pablo Parra.
Voto del público largometraje:
Daemonium, de Pablo Parés.
Voto del público cortometraje:
La cuota, de Juan Falco.
Ganador competencia argentina
(por voto popular): La muerte juega a
los dados, de Martín Riwnyj.
GANADOR DEL CONCURSO
DE GUIONES DE TERROR
Primer premio ($10.000):
Nora Leticia Sarti por Crímenes
imposibles.
Mención especial del
jurado: Luciana Ponzo por Miel.
STAFF DEL 16º BARS
Dirección:
Gabriel Schipani. Programación: Pablo
Sapere. Coordinación: Ariana Bouzón.
Artística: Paloma Dema, Érika Mesa,
Ariana Bouzón y Sergio Vera. Asistencia
de programación: Elián Aguilar, Juan Oyharçabal, Pablo Marini y Favio
Gayoso. Asistentes: Sergio Vera,
Érika Mesa, Maggie Maslach, Pablo Marini, Juan Oyharçabal, Favio Gayoso y Elián
Aguilar. Equipo: Juan Manuel La
Volpe, Patricio Díaz, Florencia Babouian, Ayelén Turzi, Lucila Domínguez, Ariel
Cichitti, Sandra Soto, Melisa Noguera, Magu Fernández Richeri, Marcela Amaya,
Hernán Pannesi, Marina Lacarta, Nayla López, Lucas de Paoli, Ariel Sotomayor,
Marcelo Carne Yañes y Verónica Raffo. Proyectoristas:
Pablo Espínola, Ezequiel Ocampo, Sabrina Arriola, Brenda Greco y Dafna
Szleifer. Diseño gráfico: Héctor
Cañas. Logo BARS 16: Martín Antón.
PARA SABER MÁS:
QUINTA DIMENSIÓN
http://rojosangre.quintadimension.com/2.0/