“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Stephen King, Cementerio de animales

Cine de terror, bizarro y fantástico

El mundo del Buenos Aires Rojo Sangre

Por José María Marcos, especial para INSOMNIA, Nº 217, enero de 2016

Carlos Marcos, Gabriel Schipani, Fernando Figueras, José María
Marcos y Pablo Martínez Burkett en el Auditorio de Radio Nacional.

El 16º Buenos Aires Rojo Sangre (BARS) tuvo lugar en el porteño Complejo de Cine Monumental Lavalle, entre el 12 y 22 de noviembre de 2015. El martes 17, la editorial Muerde Muertos presentó un especial de su programa radial “Intelectoilets”, con la presencia destacada del creador y director del BARS, el cineasta Gabriela Schipani, a quien —junto a Fernando Figueras, Carlos Marcos y Pablo Martínez Burkett— entrevistamos para conocer más sobre el festival de cine de género más importante de Argentina. La emisión (que puede verse en YouTube y en la página de Muerde Muertos) se filmó en el auditorio de la Radio Nacional (Maipú 555, 1º Piso) y contó con la participación especial de la poeta Guadalupe Treibel. El festival Buenos Aires Rojo Sangre es el más antiguo de Latinoamérica. Con una trayectoria de 16 años, es un espacio de encuentro y exhibición de producciones de todo el mundo. “Con el tiempo se constituyó en un punto de resistencia para los creadores argentinos de género. Nacido en 2000 como una muestra de cine independiente de terror, y desde 2004 con el formato de festival competitivo, es hoy una cita obligada para un público que quiere entrar en contacto con historias que no se ven en otros festivales”, destacó Schipani. El BARS está organizado por Quinta Dimensión y Findling Films, con la colaboración de Video Flims Distribución. Apoyado por el Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA), fue declarado de interés por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


“AH, ENTONCES, NO ES CINE ARGENTINO…”

Gabriel Schipani se formó en el Centro de Investigación y Experimentación en Video y Cine, como realizador de video y cine, y se dedica a la producción audiovisual y cinematográfica. Cuando pocos apostaban al género en Argentina, Schipani puso en marcha el Buenos Aires Rojo Sangre (BARS) colocando la piedra basal de un espacio clave para el desarrollo del cine de terror, bizarro y fantástico. Aquella primera edición se llevó a cabo en diciembre de 2000 en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y pudieron verse películas como Plaga Zombie (1997) de Hernán Sáez y Pablo Parés o El Planeta de los Hippies (1994) de Ernesto Aguilar y varios cortometrajes.
Muerde Muertos: —¿Cómo se te ocurrió crear el Buenos Aires Rojo Sangre?
Schipani: —Todo nació de una búsqueda personal. Había escrito un guión, obviamente de terror. Para presentarlo en el INCCA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) debía tener un productor y cumplir con ciertos requisitos. Cuando me contactaba con los productores, me decían: “Esto es terror, ¿no?”. “Sí, es terror, no hay duda”, les respondía: el título era “Cuando el terror domina la mente”.  “Ah, entonces, no es cine argentino...”, fue una de las primeras respuestas que obtuve, por ejemplo. Otro productor me dijo: “¡Pero es terror! Esto no es cine…”. En aquel momento no se hacía este tipo de películas en la Argentina, y es un hecho que durante años sufrimos una enorme sequía. En 1998 se estrenó Alguien te esta mirando, de Gustavo Cova y Horacio Maldonado, y luego pasaron diez años hasta el próximo estreno: Visitante de invierno, de Sergio Esquenazi, de 2008. En aquel entonces, esa era la idea que existía en nuestro país sobre este cine. A lo sumo te decían: “Es un género de los americanos. Nosotros estamos para el cine de autor, para otro tipo de películas”. No había lugar para este cine, al menos producido desde aquí. Pensé rodar la película en forma independiente, como lo hicieron Farsa Producciones y otros pocos. Pero, el problema no terminaba ahí: tomar ese camino significaba un enorme esfuerzo, para luego no contar con un espacio de exhibición adecuado. Por eso, antes de filmar una película, surgió la idea de crear un ámbito donde mostrar las producciones locales. En aquel tiempo, los festivales tampoco consideraban al género: no entraba ni un corto de terror. Así surgió la idea de hacer una muestra en el 2000 en la Facultad de Sociales. Me dieron el lugar durante tres días, cuatro horas, y me dijeron: “Hacé lo que puedas”. Y así arrancamos con las películas y los cortos que conseguí.
Muerde Muertos: —¿Cómo recordás esa primera experiencia?
Schipani: —Tuvimos una mínima repercusión. Lo hice solo con la ayuda de tres o cuatro amigos. En una proyección hubo cuatro personas. En otras, unos quince. Pero no me desanimé: lo importante fue poner la piedra fundacional. Ya habría tiempo de pensar en futuras ediciones.
Muerde Muertos: —¿Tenías conciencia de lo que estabas poniendo marcha?
Schipani: —La idea era hacer el primero y avanzar, pero obviamente no sabía de qué manera y ni siquiera sabía qué hacer. No sabía si iba a terminar de nuevo en la Facultad de Sociales. Hice  entonces una convocatoria y se acercó Pablo Sapere (actualmente programador del festival), que tenía un blog (Quinta Dimensión), que hoy es la página oficial del  BARS. Desde ese momento, comenzamos a pensar qué hacer en la segunda edición. En la Facultad no podíamos proyectar las películas los fines de semana y ahí surgió la posibilidad de sentarnos con la gente del Complejo Teatral San Martín. Presentamos la carpeta con el antecedente del primero y me dijeron que podían darme la Sala AB durante un fin de semana. De este modo programamos el segundo y comenzamos a buscar cortos y largos. En aquel momento, la única manera que tenía de pasar material era tener todos los VHS en punta e ir poniendo uno atrás del otro. En estas condiciones hicimos varios festivales, hasta que llegamos al Complejo Tita Merello, en el 2003, y poco a poco nos fuimos consolidando.

16 AÑOS A PURO CINE DE GÉNERO

Tal como recordó Schipani, el BARS cambió de escenario en el 2001. “El Centro Cultural San Martín fue un importante marco para el crecimiento del festival. Con poquísima promoción se logró atraer a más de 600 espectadores, destacándose films como Fanáticos (Mariano Cattaneo e Ygnacio Cervio) y Nunca asistas a este tipo de fiestas (Hernán Sáez y Pablo Parés)”, destaca un artículo de Quinta Dimensión.
El 2002 fue el salto más importante del festival, “ampliando temáticamente la programación y logrando una notable repercusión en la prensa y el público, hasta el punto de que en el mismo espacio que la edición anterior se logró triplicar el número de espectadores, llegando a superar los 1800. Entre los films proyectados se encuentran Plaga Zombie: Zona Mutante (Hernán Sáez y Pablo Parés) y Attack of the Killer Hog (Agustín Cavalieri y Marcos Meroni)”.
En el 2003 llegó la definitiva consolidación del festival en el Complejo Tita Merello, “con siete largometrajes locales —Run Run Bunny! (Mad Crampi), Tico tico (Marcelo Domizi), Baño de Sangre (Paula Pollacchi), Mala Carne (Fabián Forte), Ruta hacia la muerte (Francisco de Lezica) y Vacaciones en la Tierra (Sebastián de Caro)—, más otros tantos largometrajes de países como EEUU, Japón, España, Francia e Italia”. Se proyectaron más de ochenta cortometrajes y las secciones retrospectivas estuvieron pobladas de clásicos en 35mm. Se destacó especialmente la recuperación del film argentino El Hombre Bestia (Camilo Zaccaría Soprani, 1934), la primera película fantástica de Argentina, que nunca se había estrenado en Buenos Aires. “Casi 5000 espectadores demostraron el innegable crecimiento del festival. Para la quinta edición (2004) se sumaron secciones competitivas tanto para corto como para largometrajes y se utilizaron las tres salas del Tita Merello en simultáneo, triplicando la cantidad de horas de proyección”.

LA LLEGADA AL MONUMENTAL LAVALLE

En 2008, el BARS volvió a mudarse: esta vez, al Monumental Lavalle, copando el subsuelo con sus dos salas y dándole marco a lo que vendría al año siguiente. “El año 2009 fue de suma importancia para el festival, ya que no sólo fue su décimo aniversario, sino que también obtuvo récord de público con más de 7.000 tickets vendidos (aproximadamente 12.000 visitantes). Se pre-estrenaron cuatro largometrajes de circuito industrial: Aparecidos, Terror en la Antártida, Cabeza de pescado y Lo siniestro. Integraron la programación once películas argentinas. Destacadas figuras conformaron el jurado (Gustavo Mosquera, Cristian Bernard, Federico Wiemeyer y Gabriel Patrono, entre otros). Se llevó a cabo el primer Zombiefest y se estrenó un documental de 95 minutos relatando los primeros 10 años del festival”, se explica en la página web.
El año 2010 superó a las ediciones anteriores en público, batiendo un nuevo récord de espectadores. “El jurado contó con diversos e importantes representantes del medio (Horacio Maldonado, Diego Trerotola, Javier Diment, Leo González). Se reestrenó La sonámbula de Fernando Spiner, película rodada en 1997, que se atrevió a imaginar a la Argentina del Bicentenario. La programación contó con doce largometrajes Argentinos, tres pre-estrenos internacionales y más de ciento treinta cortos nacionales y del exterior”.
En el año 2011 se celebró la doceava edición y nuevamente el récord de público fue batido (más de 10.000 tickets emitidos). “Se sumó una tercera sala del Complejo Monumental Lavalle, con lo que la programación aumentó significativamente. Estrenos de todas partes del mundo, Bolivia, Guatemala, Israel, Croacia, Costa Rica, Japón, Italia y pre-estrenos de títulos como Attack the Block, la francesa Livide, La Profecía del 11-11-11 y la nacional Plaga Zombie: Zona Mutante: Revolución Tóxica dando cierre a la más importante trilogía local”.
Las cuatro siguientes ediciones siguieron creciendo en el Monumental Lavalle. En 2015, el BARS duró diez días y ofreció una extensa grilla de largometrajes, nacionales e internacionales, con gran afluencia de espectadores. Se ha consolidado el espacio dedicado a las charlas, a través de las cuales han participado escritores de Muerde Muertos, Paso Borgo, la Abadía de Carfax, Ediciones Ignotas y Cinefania, entre otros. Se ha instalado el Taller “Hacé tu corto”. En 2015, se ha hablado del auge de los juegos de terror, se mostró una perfomance del Circo del Horror y se creó un concurso de guiones que fue ganado por Nora Leticia Sarti.

El BARS COMO USINA DE CREACIÓN

Muerde Muertos: —¿Qué película marcó un hito en estos años de BARS?
Schipani: —Es muy complicado hablar de una película. Si me preguntás cuál es mi película favorita, no tengo manera de decirlo, porque la lista es larga y cada tanto aparece algo nuevo y la nómina cambia. Debe ser el género con más subgéneros y ramificaciones, que lo hacen de una riqueza extraordinaria. En lo personal, las que me impresionaron son las argentinas, quizás por conocer el amor, el esfuerzo y la imaginación de sus autores. Run Run Bunny! (2003) de Mad Crampi, por ejemplo, es una película increíble y sigue siendo diferente a todo lo visto, incluso a nivel mundial. Los chicos de Farsa Producciones han hecho cosas impresionantes. Más que Plaga zombi (1997) de Pablo Parés y Hernán Sáez —que es fundacional—, destaco Nunca asistas a este tipo de fiestas (2000) de Pablo Parés, Hernán Sáez y Paulo Soria, que sigue siendo muy cómica y que está entre las mejores del cine slasher mundial o paródico del slasher. El cine argentino tiene excelentes ideas y en este festival hemos ido viendo su evolución, y poco a poco, hemos ido llegando al plano comercial, profesional, que es tan necesario.
Muerde Muertos: —¿Estas películas pueden comercializarse en el exterior?
Schipani: —Este fue uno de los motivos que posibilitó que alguien descubriera que el cine de terror argentino existía. Al comenzar a comercializarse estos films en los mercados de home-video y cable de Europa y Estados Unidos, empezaron a preguntarse de qué se trataba todo esto, mientras la movida iba creciendo y haciéndose más importante, aunque iba por afuera del INCCA. El terror, por encima de otros géneros, fue precursor a la hora de producir en forma independiente en Argentina. Antes parecía que se filmaba solamente con el apoyo del INCCA o no se filmaba. Nuestros creadores demostraron que se podían hacer películas con VHS, con Súper VHS o Betacam. Más tarde llegó la digitalización que cambió todo y seguimos creciendo. Sin duda, nuestros creadores fueron pioneros en muchos aspectos y el BARS fue su punta de lanza. Y eso me llena de orgullo.

PARA TENER EN CUENTA: GANADORES DEL 16º BARS
Durante la edición de 2015 los premios entregados llevaron la figura del pombero esculpida por Enzo Giordano. El pombero es una especie de duende de la mitología guaraní, muy popular en Paraguay y en las provincias de Corrientes, Misiones y parte del Chaco en el Nordeste argentino. “Lo hicimos para homenajear a nuestros monstruos”, remarcó Schipani.

COMPETENCIA INTERNACIONAL DE LARGOMETRAJES
Mejor largometraje: The Editor, de Adam Brooks, Mathew Kennedy (Canadá).
Mejor director largometraje: Luciano Onetti, por Francesca (Argentina).
Mejor fotografía largometraje: Adam Brooks, Mathew Kennedy, Connor Sweeney, por The Editor (Canadá).
Mejores efectos especiales largometraje: Rabbid FX y equipo de Daemonium: Soldado del Inframundo (Argentina).
Mejor guión largometraje: Alain Bidard, de Battledrem Chronicle (Francia).
Mejor actor largometraje: Orwi Manny Ameh y Jari Manninen, los personajes Black and White, en Bunny the killer thing (Finlandia).
Mejor actriz largometraje: Elma Begovic, por Bite (Canadá).
COMPETENCIA IBEROAMERICANA DE LARGOMETRAJES
Mejor largometraje: ¡GRASA!, de Pablo Marini y Pablo Parés (Argentina).
Mejor director: Patricio Valladares, por Toro loco sangriento (Chile).
Mejor actuación: Jorge Molina Enriquez, por Scherzo diabólico (México).
Mención dirección: Valentín Javier Diment, por El sistema Gorevision (Argentina).
Mención actuación: Francisco Melo, por Toro loco sangriento (Chile).
Mención actuación: Dailenis Fuentes, por Omega 3, (Cuba).
Premio mejor montaje (EDA): Mariana Quiroga, por Testigo Íntimo (Argentina).
COMPETENCIA INTERNACIONAL DE CORTOMETRAJES
Mejor cortometraje internacional: De noche y de pronto, de Aranxta Echeverría (España)
Mejor director cortometraje: Aranxta Echeverría, por De noche y de pronto (España).
Mejor cortometraje nacional: La ventana abierta, de Lucila Las Heras (Argentina).
Premio Rental Buenos Aires: La ventana abierta, de Lucila Las Heras (Argentina).
Premio Piromanía Fxs: La ventana abierta, de Lucila Las Heras (Argentina).
Premio postproducción (WANCAMP): Buenas manos, de Francisco Bendomir (Argentina).
Mención especial del jurado: Lee Cronin, por Ghost train (Irlanda).
Mención especial a la actriz: Paloma Álvarez Maldonado, La ventana abierta (Argentina).
Mención especial a la dirección de arte: Izaskun Urkijo Alijo, por El bosque negro (España).
Premio RAFMA: La variación de López, de Pablo Parra.
Voto del público largometraje: Daemonium, de Pablo Parés.
Voto del público cortometraje: La cuota, de Juan Falco.
Ganador competencia argentina (por voto popular): La muerte juega a los dados, de Martín Riwnyj.
GANADOR DEL CONCURSO DE GUIONES DE TERROR
Primer premio ($10.000): Nora Leticia Sarti por Crímenes imposibles.
Mención especial del jurado: Luciana Ponzo por Miel.

STAFF DEL 16º BARS
Dirección: Gabriel Schipani. Programación: Pablo Sapere. Coordinación: Ariana Bouzón. Artística: Paloma Dema, Érika Mesa, Ariana Bouzón y Sergio Vera. Asistencia de programación: Elián Aguilar, Juan Oyharçabal, Pablo Marini y Favio Gayoso. Asistentes: Sergio Vera, Érika Mesa, Maggie Maslach, Pablo Marini, Juan Oyharçabal, Favio Gayoso y Elián Aguilar. Equipo: Juan Manuel La Volpe, Patricio Díaz, Florencia Babouian, Ayelén Turzi, Lucila Domínguez, Ariel Cichitti, Sandra Soto, Melisa Noguera, Magu Fernández Richeri, Marcela Amaya, Hernán Pannesi, Marina Lacarta, Nayla López, Lucas de Paoli, Ariel Sotomayor, Marcelo Carne Yañes y Verónica Raffo. Proyectoristas: Pablo Espínola, Ezequiel Ocampo, Sabrina Arriola, Brenda Greco y Dafna Szleifer. Diseño gráfico: Héctor Cañas. Logo BARS 16: Martín Antón.

PARA SABER MÁS: QUINTA DIMENSIÓN
http://rojosangre.quintadimension.com/2.0/