Cada uno tiene el monstruo que se merece, dice la novela.
Cada familia tiene su monstruo, también dice la novela. Y ese monstruo puede
dejarte sin dormir durante días, o vestir la cara de Martín Fierro o saquearle
el banquete a Los Reyes Magos. Ese monstruo me hizo acordar a mi monstruo, ese
que vivía en mi casa y que a determinada hora siempre hacía sentir su presencia
con un golpe preciso en la pared de mi cuarto. Y nunca fallaba: 2 AM y un toc,
toc, toc inconfundible. De alguna manera todos los monstruos son el mismo
monstruo, aunque nos encante diferenciar el nuestro.
Monstruos de pueblo
chico de José María Marcos relata con pulso aritmético una historia
contextualizada con datos biográficos, con un terror incipiente y hasta con
alguna maniobra del género policial. El ambiente gauchesco (o mejor dicho el
gaucho en el ambiente) y el paraje de provincia con pocos habitantes de la
historia hacen que se la relacione inmediatamente con la fauna mitológica de
los cuentos de terror de campo. Y allí sin dudas aparecen la luz mala, el bebé
que llora y llora entre pastizales, la mujer de blanco que vagabundea (la mujer
de blanco está en todos lados, ciudad o campo, la mujer de blanco siempre
está), los enanos que salen después de medianoche o la aterradora cueva de la Salamanca. Pero el
monstruo de Mariano, protagonista de la historia, escondido siempre detrás de
una máscara y acomodado en las sombras del museo, no es un monstruo que nos
exponga su terrorífica imagen, es un monstruo que prefiere alimentarse mientras
nadie lo ve, es una monstruo con poco de chacarera, cuando hay hambre no
importa si es asado o sushi...
Con habilidad el autor nos somete a la teoría de lo siniestro, página a página nos hace
sentir la presencia sobrenatural y el cuerpo se apodera de los instintos
primitivos, nos hace desear la aparición. Y si somos niños, ese sentimiento
expectante, se agigante hasta que el deseo se materializa en el hecho
consumado: la entrada en escena del MOSTRO.
La historia se estructura de forma clásica, más allá de
todos los elementos telúricos que la hacen original, y se plantea bajo pilares
bien conocidos en los cuentos de terror: el misterio original, el fiel
compañero al lado del protagonista y la ayuda del personaje marginal (ya sea
por voluntad o por impulso de los demás) que le da el conocimiento para vencer
al enemigo, que puede no serlo tanto.
José María con seguridad tiene su monstruo, yo tengo el mío…
qué espera usted para sacar el suyo del closet…
Monstruos de pueblo
chico (2015)
Autor: José María Marcos
Editorial: Galerna infantil
Género: novela