Carlos Marcos brindó la charla “El apetitoso ombligo de los libros” en el marco de la Feria del Libro Caaguazú Lee (Paraguay), el domingo 29 de junio, invitado por la Gobernación de Coronel Oviedo. Tras el exitoso seminario “Mentes diabólicas… y lectores irreverentes” dictado en la Casa de la Cultura de Oviedo, el autor habló sobre el placer de la lectura y puso en marcha el Programa Adopte un Libro, que consiste en el fomento de la donación de libros a las bibliotecas. “El libro —expresó— es una de las fortalezas inertes más viva que tenemos a mano. El libro no se abre sólo, pero actúa sobre quien lo abre. Los lectores construimos y avasallamos nuestros propios interrogantes mientras la comunidad de lectores, siempre en marcha, sostiene las preguntas y las respuestas donde el lector se reencuentra a sí mismo frente al mundo. ¿Y el ombligo? El ombligo siempre allí, en el centro, en algún centro… nutricio, oracular, hereditario, asfixiante y nodal... Marca y herida, pérdida y vínculo... ¿Y el ombligo de los libros...? Inalcanzablemente a la mano…”.
El apetitoso ombligo de los libros
Carlos Marcos brindó la charla “El apetitoso ombligo de los libros” en el marco de la Feria del Libro Caaguazú Lee (Paraguay), el domingo 29 de junio, invitado por la Gobernación de Coronel Oviedo. Tras el exitoso seminario “Mentes diabólicas… y lectores irreverentes” dictado en la Casa de la Cultura de Oviedo, el autor habló sobre el placer de la lectura y puso en marcha el Programa Adopte un Libro, que consiste en el fomento de la donación de libros a las bibliotecas. “El libro —expresó— es una de las fortalezas inertes más viva que tenemos a mano. El libro no se abre sólo, pero actúa sobre quien lo abre. Los lectores construimos y avasallamos nuestros propios interrogantes mientras la comunidad de lectores, siempre en marcha, sostiene las preguntas y las respuestas donde el lector se reencuentra a sí mismo frente al mundo. ¿Y el ombligo? El ombligo siempre allí, en el centro, en algún centro… nutricio, oracular, hereditario, asfixiante y nodal... Marca y herida, pérdida y vínculo... ¿Y el ombligo de los libros...? Inalcanzablemente a la mano…”.
