Nuevo comentario de la novela Recuerdos parásitos (quién alimenta a quién…), de Carlos y José María Marcos.
Tener el alma muerta, o el temor a la soledad
Por José María Franchino Arnaiz,
especial para La Palabra (*)
Recuerdos parásitos (quién alimenta a quién…), de los hermanos José María y Carlos Marcos, es una novela que se sumerge en las turbulentas aguas de las bajas pasiones, a través de dos personajes que parecen disfrutar de sus crímenes. Como dijo el escritor Alberto Laiseca en su presentación, es la historia de “un asesino serial que tiene muerta el alma y mata mujeres para revivirse”, aunque con ello sólo logra autodestruirse.
Recuerdos… es un libro que tiene el poder de inquietar al lector, seducirlo y envolverlo en espantosas sombras, impulsándolo a seguir adelante para saber cómo termina esta macabra historia, que gira alrededor de la falta de amor y de la soledad como el peor de los castigos.
En síntesis: una obra ideal para los amantes del género de lo siniestro, con toques de erotismo y de terror, que sorprende por la buena estructura de los relatos y la hegemonía de una historia central que nos conduce hasta el desenlace final.
FICHA
Marcos, Carlos; y Marcos, José María. Recuerdos parásitos (quién alimenta a quién…). Buenos Aires, De Los Cuatro Vientos, 2007. ISBN: 978-987-564-798-5. Diseño de interior: Ricardo Romero. Diseño de tapa: Rodrigo Fernández Donsión. Ilustración de tapa: La dama de la codorniz, de Alejandro Marcos. Calificación: Muy buena (8 puntos).
(*) Comentario publicado en el semanario La Palabra. Página 2, edición 673, jueves 3 de enero de 2008.
http://recuerdosparasitos.blogspot.com/2008/01/el-alma-muerta.html