Reseña de Una casa propia. Antología de microrrelatos del taller (Micrópolis, 2017). Compilación y prólogo: Claudia Cortalezzi. Escribe: José María Marcos
El sello Micrópolis —primer grupo literario de Perú dedicado a la minificción— publicó Una casa para siempre. Antología de microrrelatos de taller (2018), con textos seleccionados por Claudia Cortalezzi (Buenos Aires, 1965), quien coordina talleres de corrección literaria en narrativa. En esta misma línea, Micrópolis le publicó a Cortalezzi los relatos de No ser o ser (2016) y la compilación Escritos entre mate y mate, con creaciones de Ana María Shua, Luisa Valenzuela, Sylvia Iparraguirre, Rosalba Campra y Alba Omil, entre otras autoras. Integrado por relatos que van desde una oración hasta dos páginas, Una casa para siempre reúne a treinta y ocho autores vinculados a su tarea docente. Los elegidos —unidos por la pasión literaria, pero provenientes de distintas actividades y con formaciones diversas— son Germán Andrés Cappio, Paola Vicenzi, Dolores Pereira Duarte, Gabriela Keselman, Laura Melero, Eduardo Liñeiro, Rubén Cocca, Martín Fogliati, Tatiana Carsen, Elsa Córdoba, Esther Rosa “Nina” Sabino, Liliana Edith Nieves Mouzo, Alejandro Zubiaur, Hugo A Ramos Gambier, Sabrina Lerman, Isabel Santos, Mira Grinstein, Luis Duarte, Pablo Schamray, Fernando Farías, Ailén Gonçalves Pinto, María Taltavull, Osvaldo E. Torres, Claudio Crusoe, Mariana Ruiz, Federico Leonel Taraburelli, Noemí Medina, Mónica Cristina Cena, Elsa Ana Tesoro, Araceli Adriana Contreras, Fabián Rossini, Ebert Wentinck, Noemí Ángel, Nicolás Cornador, Patricia Relats, Melisa Rodríguez Baró, Isabel Santos y Mariángeles Abelli Bonardi. En el prólogo, la antóloga señala que las historias fueron revisadas en el marco de sus talleres acorde a la premisa que “lleguen al lector de la mejor manera posible, en términos de sencillez, y que conserven la voz de cada autor”, y adelanta que el volumen contiene “cuentos serios, irónicos, trágicos, algunos que se ríen de las circunstancias que nos rodean, hay también uno que otro sangriento, engaños, diferentes lecturas de los clásicos, seres de otros mundos, animales y hasta utensilios de cocina que deben enfrentarse a la angustia de sus propias realidades”. Ambas afirmaciones se confirman con la lectura de este interesante muestrario de voces y búsquedas, donde las biografías de cada autor completan la valiosa propuesta al dejar constancia del entusiasmo de quienes abrazan la creación literaria y presienten que, por fin, han llegado a una casa para siempre. (La Palabra de Ezeiza, 13 de agosto de 2018)