Reseña de 25 noches de insomnio (Bärenhaus, 2017) de Marcelo di Marco. Por José María Marcos
El argentino Marcelo di Marco (1957) continúa profundizando su pasión por la literatura pisando firme en dos frentes específicos: la enseñanza de la escritura y la creación de historias de terror.
La vocación de maestro lo llevó a escribir su reconocido Taller de corte & corrección. Publicado originalmente en 1997, tuvo numerosas ediciones y colaboró en la salida de otros tres títulos —Hacer el verso, Atreverse a escribir y Atreverse a corregir—, que componen un valioso corpus teórico-práctico. A tono con las nuevas tecnologías, el escritor mantiene el TCyC en YouTube a través del cual se contacta con una numerosa audiencia.
Su entusiasmo por lo macabro ha quedado plasmado tanto en varios de sus libros de ficción —El fantasma del Reich (1995), Victoria entre las sombras (2011) y La mayor astucia del demonio (2016)— como en la compilación de antologías con textos clásicos, artículos, conferencias y la formación en 2005 de La Abadía de Carfax integrada por devotos a lo fantástico.
Entroncando ambas vertientes, el sello Bärenhaus publicó su nuevo libro, 25 noches de insomnio, compuesto por igual número de cuentos breves, con una “Marginalia” —dedicada a Laura Massolo, otra reconocida escritora y tallerista—, donde habla de su vida y la literatura; revela el nacimiento de cada relato, a qué autor se hace referencia o cómo una anécdota se convierte en material narrativo; y deja constancia de adhesiones, enconos y disidencias con este tiempo. “Cada uno de los cuentos que acabás de leer protagonizó su propia historia, que revelaré en las siguientes páginas”, dice en el comienzo del apartado escrito con la misma fluidez de los relatos.
El libro está pensado para ser leído sin la necesidad del apéndice que se encuentra al final. Sin embargo, el conjunto gana relevancia cuando después de cada cuento uno recurre a la “Marginalia” y lee el pasaje correspondiente.
En estas “historias que te quitarán el sueño” —tal el anuncio del sello en la portada— se puede apreciar también algo emparentado con otra de sus pasiones: la poesía. Hay en 25 noches de insomnio la búsqueda por decir mucho con poco, y asistimos a un masivo desfile de monstruos, truculencias y sobrenaturalezas en una reducida pasarela, al modo de un Grand Guignol literario que no da respiro.
Apuntando a la interacción, la editorial incluyó códigos QR para indicar sitios donde continuar disfrutando del autor, con un texto leído por él mismo o con capítulos de su TCyC en los que se puede comprobar que este nuevo libro es apenas la punta de un iceberg del comprometido trabajo que lleva adelante Marcelo di Marco. (La Palabra de Ezeiza, 1º de septiembre de 2018)