Hay que escribir sobre lo “policíaco en la ciencia ficción”.
¿Y qué se te ocurre? Meter mano a los clásicos es una salida. Hoy se ve bien. Agarramos
“Los crímenes de la calle Morgue”, y que el asesino, en vez de un mono, sea un extraterrestre.
Sería un cuento policial a la
vieja usanza, cruzado por la CF.
El mono se escapa de un zoológico. ¿El alien cómo aparece? Cae
del espacio, ¿y listo? No sé. Pienso
que, para hacer el cuento más futurista, podemos situarlo en el 2235 y decir
que, en esa época, los humanos más poderosos tienen el hobby de cazar especímenes
por todo el universo y forman zoológicos de ET, o marcialógicos, o algo por el
estilo. Sería una forma novedosa de abordar el tema de la vida fuera de la
Tierra. Creo que no hay nada parecido. O al menos no lo leí. No se puede leer
todo. Habría que imaginar unos cuantos planetas, con distintas especies y
subespecies. Una saga fantasy. Parte de la población terrícola está aburrida de
los perros y los gatos, y los animales domésticos son reemplazados por
marcianos domésticos. Se descubre que los ET son comestibles y se forman
grandes cadenas de consumo. Ahí aparecen grupos que se oponen al maltrato
extraterrestre y rechazan a los marcianívoros. A su vez, células rebeldes comienzan
a ver en el asesino una suerte de líder revolucionario, lo ayudan en la
clandestinidad, y la cosa comienza a complicarse. ¿Y cómo sería el marciano?
Grande como un gorila. O podría ser chiquito, pero con un veneno letal, o una
fuerza extraordinaria, justo de una variedad que no se recomendaba traer por su
mal carácter. Buena la idea, eh. Estamos frente a una gran epopeya. Sí, sí, ya
sé, pero para esta revista necesitamos un microcuento de veinticinco líneas.
Ah, entonces, el asunto está, más o menos. Ponele “Voces en la mente-autor” y
metele rápido el punto final, antes de que se escape el demonio de la novela.