“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Stephen King, Cementerio de animales

“La provincia de Buenos Aires como territorio de literatura fantástica”

Un cañuelense fue premiado en España

José María Marcos se alzó con el principal galardón en un certamen de literatura fantástica. Por Julián Velázquez, para El Ciudadano de Cañuelas (*)

El periodista y escritor José María Marcos, nacido en Uribelarrea y actual director del semanario La Palabra de Ezeiza, ganó recientemente el primer galardón en el XVII Concurso de Cuentos Fantásticos y de Terror “Idus de Marzo” 2011. El certamen fue organizado por el Ayuntamiento de Dos Hermanas, un pueblo de Sevilla (España), a través de la Biblioteca Pública.
Su relato “Caracoles, en el que un viejo atestigua cómo esos peligrosos moluscos —que expelen una baba ácida altamente corrosiva— invaden la provincia de Buenos Aires, se hizo merecedor de los 500 euros de premio.
En diálogo con este medio, Marcos comentó: “Hace tiempo que participo de este concurso, y es la primera vez que gano. Envié mi relato en marzo, y el jueves pasado me informaron el resultado. Y parece que les gustó. Yo trabajo mucho el absurdo, estirando las tensiones al máximo. Me dijeron que es la primera vez que un argentino se alza con el primer lugar en el certamen. Mi cuento, junto a otros finalistas, integrará una antología que se editará el año próximo”. El próximo 2 de octubre será la entrega formal de los premios en el marco del VI Encuentro de Literatura Fantástica.
El jurado destacó que “Caracoles” es “un inquietante cuento que nos transmite la fragilidad de lo cotidiano, que en cualquier momento puede verse amenazado por algún suceso inesperado”.
Dentro de “lo cotidiano”, el escenario donde transcurren los acontecimientos juega un papel fundamental. Mientras que otros eligen crear mundos paralelos y totalmente nuevos, Marcos optó por la provincia de Buenos Aires. Siempre prefiere lugares reales, para conseguir la identificación con el lector. “Una manera de acercar la lectura a la gente es con elementos que sean reconocibles”, aseguró.
Escribir ficción para alguien que trabaja con datos duros y concretos, en un oficio donde la mentira es prácticamente un pecado imperdonable, es una bocanada de aire fresco. Uno se olvida de las fuentes, de chequear datos, de utilizar solamente a la realidad como el material principal de la escritura.
“Hace diez años que comencé a escribir seriamente literatura, en el sentido de la periodicidad y de la participación en concursos literarios. Me gustan los géneros fantástico y de terror. Apunto a eso. Es maravilloso poder plantear realidades alternativas dentro de lo que llamamos realidad”, señaló el periodista y escritor.

ENTRE REALIDAD Y FICCIÓN

Hace 20 años que Marcos trabaja como periodista. Hizo sus primeras armas en La Palabra de Cañuelas, a partir de 1991. En su blog es posible acceder a una pequeña reseña del autor de “Caracoles”. José María Marcos está dedicado a desarrollar una obra vinculada al horror contemporáneo. En 2007 publicó la novela Recuerdos parásitos (quién alimenta a quién...), escrita con su hermano Carlos, y en 2010 su libro de cuentos Los fantasmas siempre tienen hambre. Sus relatos, reseñas y entrevistas sobre literatura fantástica han aparecido en diversas revistas, como Insomnia y miNatura. Es Magíster en Periodismo y Medios de Comunicación (Universidad Nacional de La Plata).

FRAGMENTO DEL CUENTO “CARACOLES”

Benz dejó la chapa en el suelo y levantó a uno de los pequeños cochleares bonaerensys y lo miró detenidamente, sin que pudiera encontrar algún rastro distintivo. Lo dejó en el suelo, lejos de los otros, y sin darle mucha importancia a la situación, lo aplastó con su viejo zapato. El caparazón crujió, y un segundo después, ocurrió un hecho insólito: el viejo Benz comenzó a sentir un fuerte ardor en su planta del pie; apurado, caminó hacia la vereda, se sacó el zapato y notó que tenía en la suela un agujero del tamaño del caracol, y además se le había agujereado la media.
Mientras pensaba en lo que debía hacer (quizá ir a hablar con la gente de Vivero López), pasó por la calle una camioneta con altoparlantes anunciando que se convocaba con urgencia a la población a distintas reuniones informativas, en unidades sanitarias, la sede municipal, la plaza San Martín y la Cámara de Comercio, a las cuatro de la tarde. Aún con el zapato en la mano, Benz salió a la vereda y notó que, a su alrededor, varios vecinos —entre ellos, una mujer regordeta con un perrito en los brazos y otro señor en pijama y camiseta— se encontraban tan en ascuas como él por todo lo que estaba sucediendo. Sin salir del asombro, Benz les relató su aventura mañanera y ellos le contaron lo que habían vivido, escuchado por la radio o visto por televisión.
Por la tarde, aunque le dolía la planta del pie, Benz fue a la plaza de la ciudad y no escuchó nada nuevo sobre la plaga: palabras más o palabras menos, les dijeron a los presentes lo que venía informando la radio desde hacía un mes. Agregaron, sí, la recomendación de mantenerse lejos de los bichos, no tratar de sacarlos del jardín, y esperar nuevas directivas; el área de Medio Ambiente de la Provincia, junto a la Secretaría de Nación, estaba trabajando en un estrategia integral y pronto sus acciones se harían efectivas en todos los municipios. A Benz no le gustó nada lo que escuchó; raramente los políticos fueran a hacer algo para solucionar los problemas de la gente.

(*) Sábado 24 de septiembre de 2011, páginas 40 y 41.