Reseña de Frikis mortis (Del Naranjo, 2016) de José María Marcos. Colección Sub-20 (sugerido a partir de 9 años). Ilustraciones: Juan Pablo Caro. Por José María Franchino Arnaiz especial para La Palabra de Ezeiza
Frikis mortis es el tercer libro de José María Marcos dedicado al público juvenil. Así como la historia de El hámster dorado se situaba en la ciudad de Buenos Aires (en uno de sus barrios obreros) y Monstruos de pueblo chico en Uribelarrea (su lugar natal), para esta ocasión el autor eligió el distrito de Ezeiza, particularmente el barrio Alfonsina Storni. Con un lenguaje actual y una estructura muy ágil, la nouvelle se encuadra dentro del género de terror para los más jóvenes, con buenas dosis de humor y melodrama, donde tres amigos (dos hermanos y su amigo el Friki), junto a su perro Locuras, viven una “extraña aventura”. Homenaje al poder de la imaginación y sobre todo al cine —en especial, a grandes películas como “La niebla”, “El exorcista”, “Ghost” y “La noche del cazador”, por ejemplo— Frikis mortis comienza cuando el abuelo Ernesto se muestra raro, perdido, al tiempo que la madre de los chicos se encuentra desbordada como jefa de hogar. Ante esta situación, los tres amigos deciden ayudar y entonces recurren al temible Necronomicón (mítico libro creado por Lovecraft), desconociendo que están a punto de embarcarse en una aventura que los marcará para siempre. Entrañable para los grandes y con gancho para los más pequeños, se trata de un libro recomendado para toda la familia, que late al compás de los ciclos televisivos de los años 80 y 90, como los recordados “Sábados de Súper Acción” y “Hollywood en Castellano”.