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Reseña 2024 | Los fantasmas siempre tienen

Lectura de Los fantasmas siempre tienen hambre (2010) de José María Marcos. Por Marco Millán para Luna de Tinta. Marzo de 2024.


El autor

Primero, hablemos un poco del autor. No voy a copiar una reseña de Wikipedia. Leí algunas entrevistas sobre el autor (lo vamos a llamar “Marcos”, de ahora en adelante, por cariño). Intenté apegarme sólo a este libro, pero me fue difícil no querer profundizar en sus títulos, sobre todo los que escribió con su hermano. Son contados los casos en los que tuve que verme envuelto en varios sitios web para obtener un poco de información. Me enorgullece mencionar la editorial Muerde Muertos como uno de las fuentes utilizadas para esta reseña. 
¿¡Es este libro un hito en todo el terror contemporáneo que quiere experimentar este autor!? No, Marcos tiene una amplia y larga lista de varios títulos de horror. Pueden visitar su blog. Qué fuerte usar horror, en vez de terror. A mí me encanta el horror, por eso cuando me recomendaron, prestaron y (finalmente) lo compré —para poder escribirle anotaciones de su relectura— obtuve mucho más de lo que, Marcos, quiso dar alguna vez. Después de todo, un libro es una charla íntima entre un autor y su lector. ¡Y qué charla da nuestro, querido Marcos! Sin contarte nada de él, te vomita una cantidad enorme de relatos con un final que te deja con hambre. Un título ideal, sí, señor. 

El libro

¿Y sobre el libro? Once historias de horror contemporáneo donde no faltan los fantasmas, los espíritus perversos, las casas lóbregas y embrujadas, un gato muerto, un asesino serial y hasta un zombi. Todos nuestros más queridos monstruos están ahí: nobles, sentimentales y anhelados adefesios que aman el género tanto como el autor. Consideraciones macabras, humor negro y homenajes a los maestros del terror, en enumeraciones líricas, o, quizás, épicas, dan un toque único a esta obra.
Y hoy, estamos aquí por su obra Los fantasmas siempre tienen hambre (2010), con relatos del género horror Un librito lleno de relatos con un mismo punto en común: humanos. Yo podría discutir sobre lo que significa ser un monstro, pero no estamos aquí para eso. Once historias de mi género de lectura favorito. Comenzamos con mi opinión: es grotesco, sí, pero no lo usaría para definir todos los cuentos. Es irónico, impredecible, asfixiante, hay sensaciones que pocos autores saben transmitir y las sentís bien. 
Utiliza el otro lado, el final alternativo, el “final malo”. El injusto, es el que no nos gusta, el que termina la historia y no la continúa. ¡Cuántas veces esperé otro final o directamente que continúe! Y termina. Justo lo necesario para un buen final. Es un conjunto de relatos que pudieron ser y no fueron. Porque así es la vida a veces, injusta, donde las cosas no fueron, pudieron ser, pero... nop. 
En mi opinión personal, recuerdo mucho más al “El Gordo”. Me pegó tan fuerte, y me quedé con las palabras en la boca al final. No pude comerlo. A mucha gente le pasó, y me llevó a pensar si recordamos esta historia por que todos tenemos un familiar policía, y se siente la cercanía de un padre abusivo, impulsivo, queriendo ser responsable y fallando miserablemente en la única tarea que no trae un protocolo. Criar a un niño gordo. 

Los cuentos

¿Y si reseñamos brevemente cada texto? No me voy a meter en la estructura narrativa y en sí la voz es o no, algo que debería ser, simplemente voy a contarte mi opinión sobre cada texto. Después de todo, no soy quién para decirle a quien publica sobre algo... ¡Pero no se olviden sus cubiertos y siéntense en mi mesa!
(Advertencia, se recomienda discreción).
“Ceguera”: un monstro que roza la esquizofrenia que vive en un ojo, es grotesca, toca temas de salud en un hospital. La sensación de esta ceguera es real, yo podría imaginarme cómo ve el protagonista incluso leyéndola. Me gusta bastante. Es una gran opción como primer texto. Las descripciones de los asesinatos son... claras, rozan mucho lo que un medico relataría en una hoja clínica, mucho más entretenida. 
El Gordo: El mejor cuento del libro por votación unánime. Martín es un nene gordo, obeso, que tiene un papá con problemas de expresión y cansado de que su hijo sea gordo. El tema de la obesidad infantil es enorme y demuestra muchos problemas familiares, conductuales y mentales, es tan profunda esta historia —tanto como quieras—, el abandono de la madre es un punto crucial. Es magnifico, es mi favorito. Padre policía, abandono materno, violencia en todos ámbitos y comer para sentir felicidad. ¡Y el final, el maldito y condenado final! Hubiera preferido canibalismo, pero era la salida fácil, la culminación de la dieta fue un broche de oro. 
Manchas: Una casa con una mancha extra, particular, una hija evitando eso. No es de las más interesantes, pero fue muy lindo leerlo, la narración acá se siente mucho mas tranquila que el frenesí de los otros textos. La mancha muta, avanza, engloba y por último se apropia. Muy lindo.
La muerte de Rocky: Grotesco. Pero interesante, explicar la muerte a un niño es entre las cosas más complicadas del luto, algo muy entretenido, y que Rocky estuviera cerca no fue mas que una terrible casualidad. En una primera estancia no supe entender si Rocky fue envenenado, pero al final... No hay vuelta de la muerte.
La casa Hansen: Una locura, me encanta cómo habla de las entrañas de la casa, como si esta se fuera en el tiempo junto al reloj. No es mi favorito, pero está bien también. 
El ventanal: ¡Madre mía, madre santísima! Sentir el pánico del ladrón e imaginar la figura de la vieja... es hermoso. No hay más que decir. Ojala se pueda ilustrar esta historia, o no, mejor no así vive en mi imaginación. 
Isidro: Que esté narrado como el nene fue un acierto. Una locura, es algo que ya se perdió en la juventud de hoy en día. A esta obra la tomé mas desde el lado del Buenos Aires de los años ochenta o setenta. Muy lindo, tierno, perturbador pero adorable.
Magdalena: Finaliza con “Ahora el monstruo era solamente suyo”. Es todo. No hay más. 
Películas: Uff, esta historia la leímos en voz alta en la clase de la Municipalidad de Ezeiza y no pudimos llegar a una conclusión (también aceptemos que nos distraemos mucho en las conversaciones). Pero me gustan estas historias donde existen dudas, idea de algo que podría pasar o ir viendo adónde pretende llegar. Hay un romance, un abuso algo en el aire. Algo que olemos, pero no queremos decirlo en voz alta, que nos apena, que odiamos. Me gustó. Esta historia me gustó mucho.
Un ángel de la guarda: Oh, había olvidado este relato. Lo tuve que leer varias veces, pero no es mi favorito. No tiene nada de malo, solo... prefiero a “El Gordo”. 
Resaca”: Oh, me encanta. ¡Me encantan la historia de los gordos! Me dio risa y me dio un poco de asco lo que pasó en la bodega. Y eso me encanta.

Cierre

Me parecieron muy acertadas las citas a comienzo de cada relato. Me gusta cómo dan esa sensación de que creés que podés predecir la historia con ellas, pero, en realidad, es el “final alternativo”. 
Esta crítica larga y tendida me llevó mucho más de lo que me gustaría aceptar, pero creo firmemente que las cosas se hacen bien y una sola vez. Por eso, agradezco a José María Marcos por sus relatos. Seguramente me de una vuelta por los demás libros de esta editorial. ¡Seguí escribiendo y leyendo mucho! Hasta pronto.